Golpeado pero no derrotado, Hamas adopta tácticas de guerrillaEricks Webs DesignEricks Webs Design

El mortífero ataque sorpresa en Gaza fue casi tan impactante como su ubicación.

El lunes por la noche, un grupo de soldados israelíes cruzaba una ruta utilizada por tanques y vehículos blindados a aproximadamente un kilómetro y medio de la valla fronteriza cuando explotó una bomba.

Operada a distancia, atacó a las tropas del batallón Netzah Yehuda, una unidad compuesta por soldados ultraortodoxos.

Más fuerzas israelíes acudieron en su ayuda cuando explotó una segunda bomba, también operada a distancia. Momentos después, una tercera bomba explotó acompañada de una lluvia de disparos de armas pequeñas provenientes de una célula de Hamas escondida en las cercanías.

En cuestión de minutos, cinco soldados israelíes murieron y otros 14 resultaron heridos, algunos con heridas graves.

El ataque tuvo lugar en la ciudad de Beit Hanoun, en el extremo noreste de Gaza, fácilmente visible desde la ciudad israelí de Sderot, en territorio que se suponía estaba bajo control militar israelí.

Una investigación inicial reveló que la célula de Hamas colocó las bombas en las 24 horas anteriores al ataque, preparando una emboscada contra las fuerzas israelíes, quienes probablemente creían operar con relativa seguridad tan cerca de territorio israelí.

El complejo ataque pone de manifiesto el cambio de Hamas a tácticas de guerrilla, ya que el grupo extremista, debilitado tras casi 21 meses de guerra, libra una campaña de insurgencia contra el ejército israelí. Pero incluso en su estado de debilidad, Hamas ha continuado lanzando ataques mortales contra las fuerzas israelíes en la Franja. A lo largo de la guerra, las fuerzas israelíes han tenido que regresar a partes de Gaza en múltiples ocasiones, a medida que Hamás resurge en zonas que Israel afirma haber despejado. La reciente serie de ataques demuestra que el objetivo de Israel de erradicar a Hamás sigue siendo muy difícil de alcanzar.

El ala militar de Hamas, las Brigadas Al-Qassam, dijo que el ataque del lunes se produjo “en un área que la ocupación pensó que era segura después de no dejar piedra sin mover”.

En un comunicado, Hamas describió la guerra como una “batalla de desgaste” librada contra Israel, en la que intentará sumar más soldados además de los que capturó durante los ataques del 7 de octubre.

“Aunque milagrosamente hayan logrado recientemente liberar a sus soldados del infierno, pueden fracasar más tarde, dejándonos con prisioneros adicionales”, dijo Hamas.

El miércoles, extremistas de Hamas atacaron un vehículo de ingeniería militar israelí en Khan Yunis, lanzando una granada propulsada por cohete y cargando contra el vehículo mientras el conductor intentaba huir, como se ve en un video del ataque difundido por Hamas. Según las fuerzas armadas israelíes, los extremistas intentaron secuestrar al soldado, y en el proceso lo asesinaron. El intento fue frustrado por las fuerzas israelíes que operaban en la zona. En un comunicado publicado en Telegram dos días después, las Brigadas Al-Qassam prometieron que “el destino del próximo soldado será mejor que el de nuestro nuevo prisionero”.

La brutal y cruenta guerra de Gaza contrasta fuertemente con la rápida y precisa operación de Israel en Irán, una campaña llevada a cabo por aire y tierra sin ninguna baja militar. Desde el final del conflicto Israel-Irán, que duró 12 días, al menos 19 soldados han muerto en Gaza, según las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), incluido el ataque en Beit Hanoun.

El día del alto el fuego entre Israel e Irán, un extremista de Hamas arrojó un artefacto incendiario por la escotilla abierta de un vehículo blindado de ingeniería en el sur de Gaza, matando a los siete soldados que iban dentro. El ataque fue uno de los incidentes más mortíferos de los últimos meses para las FDI en Gaza.

El teniente general Herzi Halevi, exjefe del Estado Mayor de las FDI, declaró en enero que Israel había matado a 20.000 combatientes de Hamas desde el comienzo de la guerra. Israel también ha matado a gran parte de la cúpula de la organización terrorista. Pero Hamas también ha reclutado a nuevos combatientes, según declaró un alto cargo militar israelí anteriormente este año, reponiendo sus filas. En marzo, la cadena pública israelí Kan News informó que Hamas había reclutado a “cientos” de nuevos combatientes.

Lo que queda es un grupo poco organizado de células extremistas, capaz de llevar a cabo ataques de ‘golpe y fuga’, utilizando lo que queda de la red de túneles subterráneos de Gaza para moverse y permanecer oculto, según el general de división retirado Israel Ziv, exjefe de la Dirección de Operaciones de las FDI.

Hamas ha tenido tiempo de estudiar cómo operan las FDI, dijo Ziv a CNN, y lo están convirtiendo en su ventaja.

“Su guerra se basa en nuestras debilidades. No defienden el territorio, sino que buscan objetivos”, comentó.

Ziv dijo que la presión sobre los efectivos militares de Israel ha permitido a Hamas explotar las vulnerabilidades, incluso en su estado debilitado.

“Hamas ha sufrido una transformación: se ha convertido en una organización guerrillera que opera en pequeñas células. Tiene abundancia de explosivos, muchos de ellos procedentes de las municiones que las FDI han lanzado allí. Esta es una guerra de artefactos explosivos improvisados. Hamas tiende emboscadas y toma la iniciativa controlando los cuellos de botella”, señaló Ziv.

El hecho de que actúen como grupos descentralizados e independientes ha dificultado que Israel pueda atacar a una estructura de liderazgo cohesionada. El mes pasado, un oficial militar israelí declaró a CNN que se ha vuelto más difícil atacar eficazmente lo que queda de Hamas.

“Ahora es más difícil alcanzar objetivos tácticos”, declaró el oficial.

Hamas agotó hace tiempo la mayor parte de su arsenal de cohetes y ahora solo puede lanzar cohetes esporádicos que tienen un impacto casi nulo. Pero su capacidad para moverse entre las ruinas de Gaza, armados con artefactos explosivos improvisados extraídos de decenas de miles de municiones israelíes, ha convertido los escombros del enclave asediado en una fuente de resistencia.

Desafiado por bandas armadas en el sur de Gaza y por una población que ha expresado abiertamente su ira contra Hamas, el grupo extremista ha encontrado, no obstante, la manera de continuar la lucha, cobrándose un precio mortal cada semana que pasa sin que se produzca un alto el fuego.

A pesar de las conversaciones en curso en Doha y de los signos de cierto progreso, el alto el fuego sigue siendo difícil de alcanzar, ya que los mediadores han sido incapaces de salvar las principales diferencias entre las partes. El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró durante su reciente viaje a la ciudad de Washington que Hamas debe deponer las armas, cediendo su capacidad militar y de gobierno, o Israel reanudará la guerra.

Pero Hamas no se ha mostrado dispuesto a hacer concesiones tan importantes en las negociaciones, y los recientes atentados son una muestra del poder que aún conserva.

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