¿Quiénes son los drusos y por qué Israel los considera sus aliados musulmanes en Siria?Ericks Webs DesignEricks Webs Design

Israel ha llevado a cabo ataques contra Siria desde la caída del régimen de Bashar al-Asad en diciembre pasado. Esta semana se produjo una importante escalada, cuando Israel afirmó haber atacado Siria en defensa de los drusos, una minoría árabe en el centro de los enfrentamientos con los leales al gobierno.

Pero la decisión de Israel de atacar probablemente también esté relacionada con su oposición al actual gobierno sirio, liderado por un exyihadista, el presidente Ahmed al-Sharaa.

El gobierno sirio y los líderes drusos acordaron un alto el fuego el miércoles tras varios días de enfrentamientos que dejaron decenas de muertos y cientos de heridos, pero aún está por verse si durará.

Esto es lo que hay que saber:

Los drusos son un grupo religioso árabe de aproximadamente un millón de personas que viven principalmente en Siria, Líbano e Israel. Originario de Egipto en el siglo XI, este grupo, dividido internamente en dos facciones, practica una rama del islam que no permite conversos, ni a la religión ni a la descristianización, ni matrimonios mixtos.

En Siria, la comunidad drusa se concentra en tres provincias principales, cerca de los Altos del Golán, ocupados por Israel, en el sur del país.

Más de 20.000 drusos viven en los Altos del Golán, una meseta estratégica que Israel arrebató a Siria durante la Guerra de los Seis Días en 1967, antes de anexarla formalmente en 1981. Los drusos comparten el territorio con unos 25.000 colonos judíos, repartidos en más de 30 asentamientos.

La mayoría de los drusos que viven en el Golán se identifican como sirios y rechazaron la oferta de ciudadanía israelí cuando Israel se apoderó de la región. Quienes se negaron recibieron tarjetas de residencia israelíes, pero no se los considera ciudadanos israelíes.

A diferencia de los drusos sirios, los drusos que viven dentro de las fronteras de Israel —que carecen de una figura unificadora— son en gran medida leales al Estado, y algunos ocupan altos cargos en el ejército israelí.

En el sur de Siria, donde los drusos constituyen la mayoría en la provincia de Suwayda, la comunidad se vio en ocasiones atrapada entre las fuerzas del antiguo régimen de Assad y grupos extremistas durante los diez años de guerra civil siria.

Tras derrocar al dictador Bashar al-Assad, Al-Sharaa se comprometió con la inclusión y la protección de todas las diversas comunidades de Siria.

Sin embargo, los drusos se mantienen cautelosos con el nuevo presidente. Han expresado su preocupación por la exclusión de algunos de sus líderes de los procesos de diálogo nacional de Al-Sharaa y la limitada representación en el nuevo gobierno, que solo incluye a un ministro druso.

Además, las fuerzas extremistas suníes leales a él han continuado enfrentándose violentamente a las minorías religiosas.

En marzo, cientos de personas murieron durante la represión contra la secta alauita, a la que pertenecía Assad, en la ciudad occidental de Latakia. En abril, los enfrentamientos entre las fuerzas armadas progubernamentales y las milicias drusas dejaron al menos 100 muertos.

Los últimos enfrentamientos estallaron durante el fin de semana cuando las fuerzas del gobierno sirio intervinieron tras los ataques entre los drusos y las tribus beduinas locales.

La escalada de violencia incluyó ejecuciones extrajudiciales, intercambios de artillería y ataques aéreos por parte de las fuerzas israelíes, según informó la Red Siria para los Derechos Humanos, un grupo de monitoreo.

Esto, a su vez, desencadenó nuevos ataques aéreos israelíes, en los que Israel alegó su compromiso de proteger a los drusos.

Tras conversaciones con Estados Unidos, el gobierno sirio acordó retirar sus tropas y anunció un nuevo alto el fuego con la milicia drusa el miércoles.

El líder sirio, Ahmed al-Sharaa, declaró que había decidido poner a su pueblo “por encima del caos y la destrucción” y prometió proteger a los drusos.

Cuando Israel intervino, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró que su país está “comprometido a evitar los daños a los drusos en Siria debido a la profunda alianza fraternal” y sus lazos “familiares e históricos” con los drusos en Siria.

Pero hay otros factores en juego, ya que Israel está dispuesto a proteger sus fronteras a medida que expande su presencia militar en Siria.

Netanyahu se ha referido anteriormente al nuevo gobierno de Damasco como un “régimen islámico extremista” y una amenaza para el Estado de Israel. En mayo, un funcionario israelí declaró a la CNN que el primer ministro le había pedido a Trump que no levantara las sanciones contra Siria, por temor a que esto provocara una repetición de los sucesos del 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamas atacaron Israel.

El gobierno israelí también declaró unilateralmente una zona de desmilitarización en Siria que “prohíbe la introducción de fuerzas y armas en el sur de Siria”, según la oficina del primer ministro israelí.

El gobierno sirio ha rechazado la declaración israelí de una zona desmilitarizada y, junto con la comunidad internacional, ha instado repetidamente a Israel a cesar las acciones militares que violan su soberanía.

Desde la caída del régimen de Assad en diciembre de 2024, Israel ha ocupado más territorio en Siria y ha lanzado repetidos ataques contra el país, con el objetivo declarado de impedir la reconstrucción de su capacidad militar y erradicar el surgimiento de grupos extremistas que podría amenazar su seguridad.

Los ataques israelíes han continuado a pesar de que su aliado más cercano, Estados Unidos, lo presiona para normalizar sus relaciones con Siria ahora que está bajo el control de un nuevo gobierno.

Estados Unidos ha estado intentando orientar a los países de la región hacia un camino diferente y prevé que Siria firme los Acuerdos de Abraham, una serie de acuerdos que normalizan las relaciones entre Israel y varios países árabes. Un alto funcionario del Gobierno declaró a CNN el mes pasado que “a Siria le conviene inclinarse hacia Israel”.

En mayo, el presidente Donald Trump se reunió con Sharaa en Riad, Arabia Saudita. Fue la primera reunión de alto nivel entre Estados Unidos y Siria en décadas.

Israel ha mostrado su disposición a ampliar dichos acuerdos. Tras su mortífero conflicto con Irán, Netanyahu afirmó que la “victoria” israelí allanó el camino para la “dramática expansión de los acuerdos de paz”, añadiendo que Israel está “trabajando enérgicamente en ello”.

Israel ha mantenido conversaciones directas e indirectas con el nuevo gobierno sirio, lo que indica un cambio en la dinámica entre los antiguos enemigos desde la caída del régimen de Assad.

Sin embargo, los repetidos ataques de Israel contra territorio sirio y su creciente presencia militar en el país podrían complicar esas ambiciones.

El alto el fuego parece mantenerse, con imágenes que muestran al gobierno sirio cumpliendo su compromiso y retirando sus tropas de Suwayda.

Sin embargo, aún se desconoce cuál será su duración, ya que un destacado líder druso rechaza el nuevo acuerdo.

La violencia deja en evidencia los desafíos que enfrenta al-Sharaa al intentar consolidar su autoridad en Siria, que aún se recupera de más de una década de guerra civil. Debe encontrar la manera de superar la profunda desconfianza entre los diversos grupos étnicos y religiosos de Siria mientras pone fin al prolongado aislamiento internacional del país.

Si Israel continúa con sus ataques, sus esfuerzos solo se complicarán.

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